El rayo de Volver al Futuro
Bob Gale y Robert Zemeckis son los cerebros detrás de la trilogía “Volver al Futuro”. Con el guión de la primera película en la mano, ambos recorrieron diferentes estudios de Hollywood a principios de los años ’80, tratando de que alguno les comprara la idea. En ese entonces estaban de moda las comedias para adolescentes “picantes”, al estilo de “Porky’s”, y “Volver al Futuro” era demasiado “blanca” para ese estándar. Les sugirieron probar suerte con Disney; no obstante, fueron rechazados una vez más, ya que la premisa de la historia, “un chico viaja al pasado y su madre se enamora de él”, era demasiado fuerte para los estudio del ratón. Finalmente Steven Spielberg aceptó producir el largometraje protagonizado por el científico loco y su amigo adolescente.
Además de estos dos personajes, presentes desde los primeros borradores del guión, más tarde se agregó otro, fundamental para la historia: el rayo que impacta sobre el reloj de la torre y que le otorga al DeLorean los 1.21 “jigowatts” necesarios para devolver a Marty a 1985. Originalmente, la máquina del tiempo no iba a ser un auto, sino un artefacto construido a partir de una heladera. Luego la heladera fue removida, ya que los productores temían que los niños imitaran a la película en sus casas, corriendo el riesgo de quedarse encerrados. Por otra parte, el regreso al futuro debía realizarse en un campo de pruebas militares en Nevada, en el cual se podía obtener la energía producto de una explosión atómica, pero esta opción también fue descartada por motivos presupuestarios.
Así, por cuestiones casi fortuitas, de presupuesto o pruritos de la producción, una de las películas más exitosas de todos los tiempos tiene como protagonista principal a nuestro buen amigo el rayo. Ahora que levantaron el cepo, recuerden donar unos dólares para la reconstrucción de la torre del reloj si andan por la plaza central de Hill Valley…
Bob Gale y Robert Zemeckis son los cerebros detrás de la trilogía “Volver al Futuro”. Con el guión de la primera película en la mano, ambos recorrieron diferentes estudios de Hollywood a principios de los años ’80, tratando de que alguno les comprara la idea. En ese entonces estaban de moda las comedias para adolescentes “picantes”, al estilo de “Porky’s”, y “Volver al Futuro” era demasiado “blanca” para ese estándar. Les sugirieron probar suerte con Disney; no obstante, fueron rechazados una vez más, ya que la premisa de la historia, “un chico viaja al pasado y su madre se enamora de él”, era demasiado fuerte para los estudio del ratón. Finalmente Steven Spielberg aceptó producir el largometraje protagonizado por el científico loco y su amigo adolescente.
Además de estos dos personajes, presentes desde los primeros borradores del guión, más tarde se agregó otro, fundamental para la historia: el rayo que impacta sobre el reloj de la torre y que le otorga al DeLorean los 1.21 “jigowatts” necesarios para devolver a Marty a 1985. Originalmente, la máquina del tiempo no iba a ser un auto, sino un artefacto construido a partir de una heladera. Luego la heladera fue removida, ya que los productores temían que los niños imitaran a la película en sus casas, corriendo el riesgo de quedarse encerrados. Por otra parte, el regreso al futuro debía realizarse en un campo de pruebas militares en Nevada, en el cual se podía obtener la energía producto de una explosión atómica, pero esta opción también fue descartada por motivos presupuestarios.
Así, por cuestiones casi fortuitas, de presupuesto o pruritos de la producción, una de las películas más exitosas de todos los tiempos tiene como protagonista principal a nuestro buen amigo el rayo. Ahora que levantaron el cepo, recuerden donar unos dólares para la reconstrucción de la torre del reloj si andan por la plaza central de Hill Valley…
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