domingo, 23 de febrero de 2014

Gran Separador Campari - Garibaldi, en la voz de Roberto


Gaspare Campari
Profundizar conocimientos en licores y destilados fue el motivo del viaje de Gaspare Campari a Torino en 1842. Veinte años más tarde convirtió su “Caffè dell´Amicizia”, ubicado en Novara al norte de la Península, en un verdadero laboratorio. Allí dio cuerpo a una bebida de sabor amargoso producto del tratamiento de hierbas. 
Como su éxito no fue inmediato, Gaspare debió mudarse a Milán para encontrar un sólido mercado en el cual inyectar aquel prometedor líquido. En el “Caffè Campari” de aquella ciudad se dieron cita políticos, músicos, actores y una burguesía intelectual que fue desparramando la buena fama de la bebida por toda Italia. La unificación política del territorio quizás ayudó a esa masificación. Después de todo, el “Risorgimiento”, tenía lugar también en los sentidos. 
Camparino in Galleria
La mezcla del elixir patentado por Don Gaspare más un 2/3 de refrescante jugo de naranja se ha dado en llamar “Garibaldi”, en honor a Giuseppe, principal militar de aquella unificación, y también conocido como “Eroe dei due mondi”, aunque no precisamente porque el trago se beba tanto en América como en Europa. Tampoco tenemos pruebas para afirmar que Giuseppe tomara esta bebida. 
Cierta mitología rodea la coloración del líquido. Se creía que el color rojizo era obtenido  al rallar caparazón de tortuga. Hoy sabemos que se obtiene del Dactylopius coccus, un insecto ideal para los tintes. Sin embargo, sedientos en historias poco documentadas, algunos creen que el trago “Garibaldi” adquiere su nombre precisamente por una cuestión cromática al mezclar el rojo del clásico traje de Giuseppe y el naranja, por el producto típicamente siciliano, tierra que él liberó. A caballo del mito y la verdad, el Campari sella nuestro pacto secreto entre nosotros y el siglo XIX.  


Trago Garibaldi

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